El acuerdo entre el Estado de Israel y Hamas involucra el intercambio de rehenes por presos políticos y el cese al fuego. El genocidio no se termina: el Estado de Israel afirmó que continuarán con la matanza una vez finalizado el periodo acordado de cuatro días de tregua.
«Ciudadanos de Israel, quiero ser claro, la guerra continúa. Vamos a continuar hasta lograr todos nuestros objetivos para traer de vuelta a todos los rehenes, para liquidar a Hamas y para asegurarnos de que el día después de Hamas en Gaza no haya ningún factor para que se eduque a los niños en el terror o para que sea un refugio de terroristas». Está claro que son declaraciones genocidas sin ningún tipo de escrúpulo ni vergüenza. Se le está pidiendo a un pueblo entero que deje de ser una amenaza mientras se lo somete al exterminio y la limpieza étnica.
Y por si quedaba alguna duda sobre el carácter genocida del gobierno sionista: «Estamos hablando de subhumanos viciosos y asesinos, pero entienden la fuerza».
Además, puede entenderse que el supuesto objetivo de la ofensiva israelí de liberar a los rehenes es falso. Una ofensiva tan brutal difícilmente haga posible la liberación de los rehenes. El destino de los rehenes, seguido este curso, podría el mismo que el de los gazatíes, la muerte bajo los misiles y tanques isrealíes. Los familiares de los rehenes, incluso, vienen reclamando al gobierno que todo su accionar apunta a que sean masacrados y sirvan de excusa para perpetuar la masacre de palestinos. Esto le consta Netanyahu y a toda su calaña.
El acuerdo de tregua
El acuerdo implica la liberación de 50 rehenes israelíes a cambio de que se libere a 150 prisioneros palestinos. Los prisioneros, en todos los casos, fueron arrestados por oponerse a la injusta ocupación de las tierras de su pueblo, al desplazamiento forzado, al racismo y al apartheid.
Según Hamas el tráfico aéreo de aviones y drones israelíes deberá detenerse en el sur de Gaza durante los cuatro días de tregua. Mientras que este parate en el norte sólo será en un horario limitado del día, de 10 a 16 hs durante los cuatro días. Las tropas terrestres que se encuentran en Gaza permanecerán en su lugar pero no atacarán ni arrestarán a nadie. Además, se permitirá el libre movimiento de personas por Salah al Din, la ruta principal por que muchos palestinos han huido hacia el sur.
Esta tregua, o pausa en la matanza, debería haber comenzado a las 10:00 del jueves, pero el Estado de Israel ha decidido postergarla hasta el viernes.
Por último el acuerdo también autoriza la entrada de 200 camiones con ayuda humanitaria, cuatro camiones cisterna de combustible y cuatro de gas en Gaza a través del cruce egipcio de Rafah en cada uno de los cuatro días.
Un logro parcial de la movilización internacional y la resistencia palestina
La política de Israel es el genocidio y la limpieza étnica. Como hicieron con la mayoría de los territorios palestinos en 1948 y 1967, su intención estratégica es borrar definitivamente del mapa a los palestinos. No hay ni buena voluntad ni intenciones de frenar estos planes detrás de esta tregua. La resistencia palestina y la masiva movilización internacional es lo que le ha puesto un freno, por ahora, al genocidio.
La solidaridad internacional se viene convirtiendo en una problema creciente para los gobiernos imperialistas alineados incondicionalmente con el sionismo. En Estados Unidos, la movilización llegó al corazón del poder político en Washington DC, presionando fuertemente a Biden. En Reino Unido, la ministra del Interior tuvo que renunciar por su respuesta brutal ante las movilizaciones, por su intención de prohibirlas, por su alineamiento con el genocidio. Fue reemplazada por David Cameron, que intenta mostrarse menos brutal pese a su defensa de Israel.
El genocidio, el apartheid, la limpieza étnica son parte del ADN del Estado sionista. Su constitución como «Estado judío» necesita excluir de todo derecho a los no judíos. Además, en su condición de enclave imperialista, de gendarme estadounidense de toda la región, su militarismo y agresividad es lo que lo convierte en aliado estratégico de Estados Unidos. No es a pesar de la limpieza étnica que el sionismo tiene su apoyo incondicional sino precisamente por eso.
La movilización internacional ha demostrado tener el poder de ponerle un freno a la escalada de la masacre. No puede bajar la guardia, necesita seguir en la calle para imponer un freno definitivo al genocidio.
La única salida posible a largo plazo es terminar con toda forma de opresión de un pueblo sobre otro, ponerle fin a un Estado racista y colonial como es Israel. Es necesaria una Palestina única, libre, laica y socialista.