Las declaraciones de Netanyahu confirman planes revelados por la filtración de documentos de la Inteligencia israelí hace pocos días. No es ninguna sorpresa la idea israelí de llevar a cabo un nuevo genocidio en Gaza. Pero la confirmación pública de Netanyahu demuestra que el Estado sionista dejó atrás cualquier tipo de barniz “diplomático” y ha decidido una ofensiva genocida en toda regla.

Se trata de un viraje público tras las declaraciones del propio gobierno israelí que proponían “eliminar la responsabilidad de Israel de por vida en la Franja de Gaza” (palabras del vocero militar Yoav Gallant). En un principio, el gobierno israelí jugó con la idea de borrar a Hamás para después establecer en Gaza un gobierno de Fatah (partido palestino que lidera Cisjordania) o una suerte de arbitraje por parte de un tercer Estado árabe de la región. Esta era también la línea publicitada diplomáticamente por Biden, Blinken y sus funcionarios.

La fórmula técnica “responsabilidad de seguridad israelí” no es nueva. Ya ha sido utilizada en distintas ocasiones por el Estado de Israel y no significa otra cosa que una ocupación militar sobre el territorio, eliminando cualquier tipo de auto – gobierno real para la población palestina.

Esto le daría a Israel, en los hechos, la potestad de ingresar al territorio palestino por la fuerza y tomar dominio de la vida social como le dé la gana. En concreto, el proyecto de Netanyahu es que no haya ningún tipo de “fin de los combates”, sino reemplazar los combates por una dictadura ocupadora permanente a través de las fuerzas armadas sionistas.