Jorge Macri será el nuevo Jefe de Gobierno porteño desde el próximo 10 de diciembre, luego de que el candidato de Unión por la Ciudad, Leandro Santoro, se bajara de la segunda vuelta que debía definir al sucesor de Horacio Rodríguez Larreta.

Una entregada vergonzosa al macrismo justo cuando discute si apoyar a Milei en la segunda vuelta. El peronismo renuncia a toda pelea política por la Ciudad de Buenos Aires, una necesidad que va más allá de las chances electorales. Se trata de una tomada de pelo a los miles de votantes que votaron a UxP con el objetivo de desbancar al macrismo de su bastión.

Los argumentos que se esbozan para la decisión de bajar radical-albertista Santoro son de muy baja calidad. En el comunicado en el que se confirma la decisión se nos habla de que «sería insensato forzar un balotaje» teniendo en cuenta que «Jorge Macri estará a muy pocos votos de alcanzar el número establecido por la Constitución de CABA para ser electo Jefe de Gobierno».

Y peor aún, el comunicado continúa: «a esto se suma el apoyo explícito de Javier Milei a Jorge Macri». Es decir que el hecho de que Milei apoye a Macri es para el peronismo una razón para bajarse del balotaje, cuando debería ser exactamente lo contrario.

Si Milei apoya a Macri, con más razón entonces hay que enfrentar a Macri, que viene a representar el primer paso de lo que seguramente será una alianza entre Milei y el macrismo a nivel nacional de cara al balotaje para la presidencia.

La renuncia a dar la segunda vuelta no es solamente una cuestión de cálculo electoral (es evidente que las probabilidades de Santoro de ganar eran bajísimas) sino política: lo que busca el peronismo es comenzar a construir ya mismo el escenario de unidad nacional que propone Sergio Massa. Lo dijo el propio candidato el domingo a la noche: «murió la grieta». La definición ya empieza a hacerse efectiva con la bajada de Santoro.

El concepto de «unidad nacional» puede sonar atractivo para algunos, pero es una consigna reaccionaria: su contenido es la unidad nacional entre las distintas facciones de la burguesía y sus representaciones políticas, contra los trabajadores y las mayorías populares.