Las protestas se multiplicaron masivamente entre la madrugada y las primeras horas del miércoles a lo largo del Mundo Árabe. Miles se congregaron en Cisjordania (el otro territorio palestino cercado por Israel), Líbano, Egipto, Marruecos, Yemen, Jordania, Bahrain y Túnez. Las movilizaciones del mundo árabe replicaron masivamente las demostraciones de solidaridad que se venían viendo en otros países de Europa y América.
Los manifestantes se congregaron en puntos neurálgicos de las grandes ciudades y, especialmente, en las embajadas del Estado de Israel y el cómplice imperialismo estadounidense. Las movilizaciones señalaron claramente la responsabilidad del genocida Estado de Israel sobre la masacre de al – Alhí, luego de que el gobierno israelí difundiera fake news sobre una supuesta responsabilidad palestina en el ataque, rápidamente desmentidas.
Las protestas además rechazaron la complicidad y la inacción de los Estados de la región, especialmente en aquellos países que venían participando del proceso de normalización de relaciones diplomáticas con Israel iniciado con los Acuerdos Abraham en 2020. El mismo reclamó se escuchó en Egipto (el primer país en pacificar relaciones con Israel, en 1970) y Jordania (que hizo lo propio en 1994).
En Egipto, miles de estudiantes se movilizaron desde las universidades de El Cairo hacia las embajadas estadounidense e israelí. Y movilizaciones masivas se repitieron en otros puntos de la capital y de grandes ciudades como Alejandría.
En Jordania, país fronterizo con el territorio palestino de Cisjordania y con una larga historia común con el pueblo palestino, las movilizaciones fueron particularmente masivas y enérgicas. La masacre israelí sobre al – Alhí y la posterior irrupción del descontento popular causaron la cencelación de la Cumbre planeada por el rey jordano Abdullah II (aliado diplomático del gobierno yanqui) y de la que participarían el presidente palestino de Cisjordania y el propio Biden, junto a otros mandatarios de Medio Oriente.
En varios países, la policía reprimió cobardemente las movilizaciones que reclamaban un alto a la masacre en Palestina. La ola de movilizaciones expresó finalmente la masiva indignación popular que recorre Medio Oriente y muchos otros puntos del globo por el atroz genocidio que prepara el Estado de Israel. Ahora que la ira estalló en las calles, los gobiernos de la región (y el imperialismo que interviene en Medio Oriente) teme un desborde popular como respuesta a las atrocidades cometidas en Gaza.