Zelensky en la Cumbre de la ONU: denuncia a Putin pero se arrodilla frente a la OTAN

Hace pocas horas comenzó una nueva cumbre anual de la Organización de Naciones Unidas con un clima particular. De los países con poder de veto en el Consejo de Seguridad, tan sólo Estados Unidos participará con la presencia de su primer mandatario. Rusia y China eligieron enviar funcionarios de menor rango para no participar directamente del debate, que seguramente quedará dominado por la política de Biden.

Zelensky acusó a Putin

El discurso más esperado en la sesión de apertura era sin dudas el de Volodímir Zelensky, el mandatario ucraniano. Es la primera vez que participa de forma presencial de la Cumbre desde el comienzo de la guerra en febrero del 2022.
Zelensky centró su discurso en la discusión de una probable guerra nuclear. Comentando la política de desarme nuclear posterior a la Segunda Guerra Mundial, el mandatario alineado a la OTAN consideró que aquella «no debería ser la única estrategia». «Ucrania renunció a su arsenal nuclear [luego de la caída de la URSS en 1990], pero luego el mundo decidió que Rusia debería convertirse en guardiana de tal poder» continuó. «La historia demuestra que fue Rusia la que merecía el desarme nuclear en la década de 1990. Los terroristas [se refiere a Putin] no tienen derecho a poseer armas nucleares».

Acto seguido Zelensky habló del secuestro de niños ucranianos durante la guerra y acusó a Rusia de cometer «genocidio». «Estamos tratando de traer de vuelta a los niños a casa, pero el tiempo pasa. ¿Qué les sucederá? A esos niños en Rusia se les enseña a odiar a Ucrania, y se rompen todos los lazos con sus familias, y esto es claramente un genocidio», dijo Zelensky.

No caben dudas de que el reclamo a la autodeterminación del pueblo ucraniano es absolutamente justo y fundamentado. La invasión Rusia sobre el territorio vecino implica un intento de avasallamiento histórico sobre la nacionalidad ucraniana. Y dicha nacionalidad carga además con un largo historial de sojuzgamiento en manos del Estado ruso (primero bajo el zarismo, luego bajo el estalinismo) con un breve respiro durante los años de la Revolución de 1917.
Pero el discurso de Zelensky viene con trampa. De lo que se está hablando no es en realidad de un genocidio (que implica en términos generales la idea de exterminio) sino de crímenes de guerra y de una agresión con motivos anexionistas por parte de Rusia.
La exageración en las acusaciones tiene como trasfondo el intento de Zelensky de legitimar cualquier tipo de escalada en el conflicto, aún en el caso de llegar a un enfrentamiento nuclear. De allí la desestimación del desarme como «única estrategia». Dos meses atrás, Zelensky había demostrado la misma liviandad en el tema nuclear durante la última Cumbre de la OTAN. Allí el mandatario ucraniano reclamó el ingreso inmediato de Ucrania a la alianza militar del Atlántico Norte, aún a despecho de que eso implicaría una declaración de guerra abierta entre Rusia y los aliados de la OTAN. Un enfrentamiento bélico de esa envergadura implicaría probablemente desastres humanitarios de una envergadura sin antecedentes en los últimos 80 años. E incluiría con certeza desastres nucleares.

La contraofensiva ucraniana y la política de la OTAN

La irresponsabilidad manifiesta de Zelensky en este tema se explica por su orientación diplomática. El objetivo central de Zelensky es efectivizar el ingreso de Ucrania a la OTAN a como dé lugar. Esta lógica no es de ninguna manera «pacifista». Por el contrario, un ingreso definitivo de la OTAN en el conflicto sólo lograría más y más pérdidas humanas, sociales y económicas.
La OTAN no es una ONG de asistencia benéfica. Es una alianza militar liderada por la principal potencia imperialista del planeta, los Estados Unidos. Ya fue utilizada para llevar la guerra a distintos puntos del mundo, siempre con el objetivo de ganar posiciones para los intereses capitalistas de las principales potencias.
Hoy la política de Zelensky se basa en el apoyo de la OTAN como punto de partida. Con la ayuda de 75.000 millones de dólares (número del Instituto Kiel) en armamento, munición y asistencia logística, Ucrania lanzó hace varios meses la famosa contraofensiva ucraniana. Pero este intento de avanzar sobre el territorio ocupado por Rusia está siendo más lento de lo esperado, cuando no un liso y llano fracaso demasiado costoso.
Y comienzan a aparecer algunas reticencias en el Parlamento yanqui a la idea de seguir abasteciendo el frente ucraniano. Sobre todo dentro del Partido Republicano. Y en estos momentos está pendiente de aprobación un nuevo paquete de asistencia militar para Ucrania. Se espera que el 30 de septiembre se discuta su aprobación como parte de una nueva ley de gasto federal que pasará por el Parlamento. De allí la urgencia de Zelensky por lograr el beneplácito estadounidense.

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