Anuncian nueva edición del dólar agro que favorecerá a un sector de patronales exportadoras. En vísperas del fin de la quinta revisión del acuerdo con el FMI, Massa busca recaudar 2 mil millones de pesos. Esta vez se excluye a la soja del tipo de cambio diferencial y se plantean nuevos impuestos a las importaciones. La situación económica puede estallar de no contenerse la devaluación.

El dólar agro

El dólar agro ahora no es dólar soja. Esta vez es para aquellos patrones que se dedican a explotar otras materias primas o productos derivados como el vino. La fórmula de ceder a los patrones del campo sigue igual. Aunque aún no hay un anuncio oficial de cuál sería el nuevo valor.

Esta medida viene a emparchar la falta de recaudación por la sequía agravada por las concesiones del gobierno en esta materia frente a las «pérdidas originadas», que en realidad fueron menos ganancias. Por cada «percance» que sufre la burguesía del agro toda la sociedad trabajadora debe padecer las consecuencias.

Una nueva edición del «Impuesto PAIS»

Según el FMI, en 2022 el tipo de cambio oficial debería haber sido entre un 15% y un 20% mayor, además de que se debería haber eliminado gradualmente el cepo. Massa se niega a devaluar de manera abrupta por las consecuencias políticas que eso contrae, en la previa de las elecciones. Es así que, para conciliar esta diferencia, nace una nueva edición del impuesto PAIS. Básicamente, es un aumento de los impuestos a los bienes comprados en el exterior o importados.

Se trata de un impuesto del tipo del IVA: el nuevo impuesto se traslada directamente a los precios de los productos importados. En vez de ponerle impuestos directos a las ganancias empresarias, aumentan los impuestos al consumo. Así, se sigue sosteniendo la estructura impositiva regresiva argentina, con los trabajadores y los pobres aportando más que los ricos.

Cambiar una deuda por otra

Al parecer el swap con China admite que se usen sus yuanes para pagarle al Fondo, aunque los costos de esta operación son secretos. El acuerdo con China tiene cláusulas confidenciales.

Por su parte, el Fondo acepta que le paguen en yuanes. Y Sergio Massa hace maniobras financieras de dependencia de una potencia a otra, sin que nadie por fuera de su gabinete sepa en que está metiendo al país, y más precisamente a los trabajadores.

El clima electoral marca el calendario de las negociaciones

Argentina enfrenta pagos por alrededor de 10 mil millones de dólares para lo que resta del año y las reservas netas están en números negativos. En el gabinete de Massa buscan cerrar el nuevo acuerdo con el Fondo antes de las PASO. Además de patear la próxima revisión para después de la primera vuelta de las elecciones.

En síntesis, el camino de Massa favorece a un sector de especuladores y busca ajustar los números de las reservas al tiempo que cumplir con las metas de déficit fiscal impuestas por FMI. De fondo solo se profundiza la crisis. Tras este tipo de maniobras se esconde una expansión de la base monetaria. Los especuladores son conscientes de eso, y que con la inflación son ellos los que ganan.