La lucha popular en Jujuy continúa pese a la represión. Ya va un mes de lucha permanente, con cortes de ruta, paros y movilizaciones contra la reforma constitucional de Gerardo Morales, aprobada en tiempo récord a espalda de las mayorías populares.
El gobierno de la provincia ha desatado una ola de sanciones y detenciones irregulares para intentar aplastar la movilización popular por la fuerza. Se trata de una verdadera «caza de brujas» contra el activismo y el pueblo que salió a la calle contra la reforma.
Estamos con @federicowinokur, @Bel_puravida y @violealonsook movilizando junto al EMVyJ hacia Plaza de Mayo a 47 años de la Noche del Apagón y contra la reforma reaccionaria y anticonstitucional de Morales en Jujuy. El derecho a la protesta lo defendemos en las calles ?? pic.twitter.com/1hyyrscbjy
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) July 20, 2023
En ese marco es que se conmemora un nuevo aniversario del «Apagón de Ledesma», cuando cientos de trabajadores fueron detenidos y desaparecidos por los genocidas con la participación directa de los empresarios. Carlos Blaquier, responsable directo, murió impune el pasado marzo.
El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia se moviliza en Buenos Aires en apoyo a la lucha popular jujeña, contra la impunidad de los genocidas.
Con @canal9oficial desde Plaza de Mayo en la movilización del EMVyJ a 47 años de la Noche del Apagón y contra la reforma anticonstitucional y reaccionaria de Gerardo Morales. El derecho a la protesta lo defendemos en las calles. pic.twitter.com/BvYTzYcYQg
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) July 20, 2023
El «Apagón de Ledesma», 47 años
En la actualidad la firma Ledesma ha quintuplicado sus inversiones y su fortuna, pero para hacer honor a la verdad, en las década del 60, 70 su gran “chapa” era ser dueños del Ingenio Ledesma en Jujuy, con alrededor de 7.000 trabajadores. Competían con otras industrias azucareras en otros territorios del país, pero en esa provincia eran amos y señores. Tan amos y señores que en el departamento de Ledesma, perteneciente a la localidad Libertador General San Martín, construyeron un barrio cercano a la planta, que estaba rodeada por nuevos asentamientos de trabajadores/as que se habían trasladado hasta allí, y allí erigieron su “modesta” mansión, en el centro del mismo. Los/as trabajadores la llamaban la “Rosadita”.
Este nombre puesto por la aguda sabiduría popular tenía su correlato en otras “instituciones” creadas en las cercanías. Por decreto 2379 del año 1966 se instaló la “Sección Ledesma de Gendarmería Nacional” en un predio de la empresa. Creada supuestamente para controlar la seguridad en la frontera, como es su rol. De una frontera que estaba a 160 km de la que lindaba con Bolivia. Nos parece que la principal frontera que controlaban eran “la de clase”: patrones y obreros/as.
El general Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército, fue el máximo responsable de la cadena de mandos militar en la zona. Y el principal accionista y presidente en ese momento del ingenio Ledesma, el señor Carlos Pedro Blaquier y su administrador, Alberto Lemos, fueron los entregadores, partícipes activos de la represión en la zona que costó centenares de víctimas.
Como en todo el país, la represión contra el activismo comenzó antes del golpe, en los años 1974, 1975, año este último en que fue intervenido el sindicato que los agrupaba, SOEAIL (Sindicato Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma), y encarcelados sus principales referentes.
Después del golpe, la represión arrasó violentamente. Blaquier y Lemos fueron procesados por la privación ilegal de la libertad de 29 personas. Pero tanto el 24 de Marzo de 1976 como las noches comprendidas entre el 20 y el 27 de julio del mismo año, tristemente conocidas como las “Noches del apagón” fueron secuestradas unas 400 personas en las tres localidades pegadas al ingenio. Entre ellos, desde ya, los principales activistas sindicales y de la obra social de los/as trabajadores/as. En todos los operativos participaron vehículos de la empresa Ledesma, según declararon todos los familiares y testigos ante los organismos de derechos humanos y los medios de prensa que lo pudieron hacer.
Nunca mejor expresada la acción desarrollada como “operación conjunta”. Conjunta no sólo de las fuerzas represivas con uniforme, sino con la participación activa de las cúpulas de las patronales que clamaban por liquidar las conquistas, los avances, la organización independiente, clasista y combativa de los trabajadores.