Por los efectos del cambio climático, el lunes 3 de julio de 2023 fue el día más caluroso de la historia del planeta desde que se tienen registros.
La temperatura global alcanzó un promedio de 17,01 grados Celsius, rompiendo el récord anterior de 16,92 registrado en agosto de 2016.
Los datos surgen de las mediciones que realiza el Centro Nacional de Pronóstico Ambiental de los Estados Unidos, país que está siendo azotado por una intensa ola de calor, especialmente en los Estados del sur.
El verano boreal inició también con mortíferas olas de calor en el norte de África, cercanas a los 50°, y en China, donde se registraron temperaturas superiores a los 35°.
Del otro lado del mundo, en el invierno austral, las temperaturas también están siendo anormalmente altas. En la Antártida, sin ir más lejos, se registró un pico de 8,7°, récord para el mes de julio, que suele ser el más frío del año.
Según la Organización Meteorológica Mundial, hay un 66% de posibilidades de que el aumento de temperatura global promedio esté por encima de los 1,5° durante un año completo desde ahora hasta 2027.
En concreto, esto significa que la meta que se establecieron en los Acuerdos de París en el año 2015 está cada vez más lejos de cumplimentarse a medida que pasa el tiempo. Los gobiernos se acusan mutuamente entre sí, mientras «hacen que hacen» por el cambio climático. La dominación capitalista global sigue poniendo por encima las ganancias empresarias por sobre la perspectiva de supervivencia del planeta tal como lo conocemos, y de nuestra propia especie en él.
A las altas temperaturas terrestres también hay que sumar el aumento de las temperaturas marinas, que también vienen de registrar un récord en el mes de marzo, alcanzando un promedio de 21° y se ha mantenido en esos niveles durante abril y mayo.
El calentamiento marino podría generar un efecto retroactivo sobre el calentamiento global: mares más cálidos significarían menos vientos y lluvias, y por lo tanto mayor temperatura terrestre, entrando así en un círculo vicioso.
Sin embargo, las temperaturas récord de las aguas de este año no se debe sólo al cambio climático, sino a una combinación de factores que incluyen el fenómeno conocido como El Niño. Pero sus efectos ecológicos pueden ser duraderos.