Israel ha desplegado este lunes el mayor operativo militar sobre Cisjordania desde los hechos de la segunda intifada, en el año 2005. Cuando se están por cumplir 48 hs. de la operación, ya se registraron 10 asesinatos de palestinos a manos de las fuerzas israelíes y hay más de 100 heridos.
Luego de varias redadas las últimas semanas, que hicieron ir escalando la tensión en la zona de Jenin, Israel lanzó este lunes un despliegue que incluyó cientos de tropas, drones, blindados, aplanadoras y retroexcavadoras.
Jenin es un campo de refugiados densamente poblado en Cisjordania, con unos 14.000 habitantes palestinos en un rango de apenas medio kilómetro cuadrado.
Como siempre, el gobierno de Israel justificó la agresión detrás de las pantallas siempre utilizadas de la «lucha contra grupos terroristas». En este caso, el grupo que habría desatado semejante despliegue militar sería una pequeña milicia llamada Brigadas de Jenin. La desproporción no resiste mayor análisis.
La operación debe leerse, en cambio, teniendo en cuenta que el actual gobierno de Benjamín Netanyahu está conformado por grupos nacionalistas y ultraderechistas que han ganado enorme protagonismo en el gobierno, en particular el poderoso Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, un feroz fanático religioso a favor del apartheid y el genocidio hacia el pueblo palestino, furiosamente anti musulmán, y líder del partido de ultra derecha Otsmá Yehudit (Poder Judío).
Se sabe que Ben-Gvir tenía un retrato en la sala de su casa del terrorista israelí-estadounidense Baruch Goldstein, quien masacró a 29 fieles musulmanes palestinos e hirió a otros 125 en Hebrón, en la masacre de la Cueva de los Patriarcas de 1994. Quitó el retrato después de ingresar a la política.
Las semanas previas los grupos más radicalizados de la derecha israelí presionaron para lanzar una operación a gran escala sobre Cisjordania, lo que finalmente lograron. El propio Ben-Gvir había declarado que «Los terroristas deben ser eliminados, no uno o dos, sino por decenas, centenas o millares, si es necesario». El 28 de junio, una horda de más de 200 colonos israelíes destrozaron casas, vehículos y agredieron personas en la localidad de Turmus Ayya, en Cisjordania ocupada, como parte de esta avanzada de los grupos nacionalistas radicalizados.
A casi 48 horas de iniciada la operación en Jenin, se desconoce cuanto será su duración y objetivos, y el Ejército afirmó que durará «lo que sea necesario». Se trata de un grave ataque del Estado colonizador contra el pueblo palestino.
Además, las autoridades locales denunciaron que las aplanadoras y bulldozers fueron utilizadas para destruir decenas de viviendas (práctica habitual de las fuerzas israelíes contra los palestinos) así como a su paso destruyeron también infraestructura que produjo cortes en el servicio eléctrico y de agua.
Mientras tanto, en otro puntos de Cisjordania se registraron movilizaciones espontáneas de palestinos en rechazo a la incursión israelí. También grupos islamistas como Hamás y Yihad Islámica anunciaron que habrá «represalias» por la agresión israelí en Jenin.