Una elección conservadora que colocó a Rogelio Frigerio con el 54,52% de los votos, una diferencia de 23 puntos con respecto a Enrique Cresto, del Frente de Todos (llegó al 31,64%). Se trata de la mejor elección desde 1983 para un candidato no peronista en la provincia, con una diferencia de 23 puntos, lo cual se cristalizó en el triunfo en 16 de los 17 departamentos entrerrianos. La polarización una vez más se mostró como uno de los elementos políticos centrales: más del 82% se decidió por uno de los dos frentes tradicionales. Por otro lado, la participación creció levemente con respecto a las PASO, con un 75%.
Los datos numéricos de la elección no pueden ser leídos de manera impresionista ni totalizadora. Por un lado, el grueso de los trabajadores no está de acuerdo con que se eliminen las indemnizaciones, retrocediendo un siglo en las conquistas de derechos laborales, como plantea la coalición de Juntos expresada en Entre Ríos por Frigerio. Hay que destacar igualmente que se trató de uno de los pocos candidatos que quedó con buena imagen tras integrar el gobierno de Macri, y quien de todos modos enunció propuestas que buscaban captar el centro político, por la vía de una crítica desenfrenada al kirchnerismo, y no tanto el espectro de derecha ya ganado. Por el otro, los trabajadores no «comen vidrio» y nadie creyó la campaña del gobernador Bordet que decía que «en los últimos dos meses la economía en la provincia se reactivó» (claro, las patronales del campo la siguen levantando en pala con ganancias récord en lo que va del siglo y retenciones irrisorias), y que «la asignatura pendiente es trasladar esa reactivación a los sectores asalariados»… Esta campaña de espaldas a la realidad de las mayorías, sumada a la mala situación que viven los trabajadores, explican el enorme voto castigo que redundó en la derrota del gobierno.
Por fuera de las expresiones que capitalizaron la mayor parte de los votos, hubo cinco listas aunque ninguna superó el 4%. Con el 3,7% (29.000 votos) se posicionó Muller, de la extrema derecha, por el Partido Conservador, alineada a la política antiderechos y pro dictadura de Milei. Lucía Varisco con FE obtuvo el 3,05% y el Partido Socialista con Juan Manuel Rossi el 2,11%.
Por su parte la izquierda tuvo la elección del MST, en el frente electoral del FIT-U, y la de nuestro partido, logrando entre los dos un caudal de votos de casi 42.000, en una relación 2,5 – 1 en comparación entre los partidos que integran el FIT-U, y el Nuevo MAS, con nuestro debut en la provincia gracias a haber superado las elecciones proscriptivas de las PASO.
El Nuevo MAS obtuvo el 1,44%, un número realmente importante al haber consagrado el piso de 11.000 votos que supimos conseguir en las PASO. Este resultado muestra un sector de la sociedad en el que hizo eco una campaña que alertó a los trabajadores, las trabajadoras y a la izquierda de una posible crisis, enmarcada en la decisión del Gobierno de pagarle cada centavo de deuda al FMI.
Es que, en toda la campaña, casi ningún candidato habló de la imposibilidad de llegar a fin de mes con un salario de 33.000 o 40.000 pesos. La excepción a la regla fue la consigna del salario mínimo de 100.000 pesos, levantada por Manuela Castañeira a nivel nacional y Federico Demarchi en la provincia: una campaña que puso en primer lugar a los trabajadores, las mujeres y LGBTTI y la juventud.
Una gran campaña
La campaña del Nuevo MAS en la provincia se realizó desde abajo y se basó en actividades en la calle, recorriendo distintos puntos de la provincia, hablando con los trabajadores, con la juventud precarizada, y escuchando siempre el mismo reflejo: «el sueldo no alcanza, nadie puede vivir con 40.000 pesos».
Contamos con un gran balance en la difusión de nuestra campaña en los medios. Participamos en entrevistas con los principales canales de televisión de Entre Ríos (el Once y el Nueve) en diversas ocasiones, incluyendo móviles en diferentes actividades. Estuvimos también en decenas de conversaciones radiales, tanto presenciales en los estudios como telefónicas, lo cual nos permitió difundir nuestras propuestas a lo largo y ancho de la provincia. También hablamos con la prensa gráfica, con El Diario como ejemplo principal, así como también con medios digitales.
Decidimos exponer en primer lugar el tema del que tanto el gobierno como la oposición callaron: el problema del salario. Es por ello que lanzamos el proyecto de un salario mínimo vital y móvil de 100.000 pesos, financiado a través de unas retenciones del 50% a los grandes empresarios del agro y del no pago de la deuda externa. Además nos manifestamos por la Ley de humedales ya y el cese del uso de agrotóxicos, presupuesto para combatir la violencia de género, (que se expresa en lo que va del año con 1 femicidio cada 30 horas en Entre Ríos y un ministerio que destina 12 pesos por mujer violentada), la aparición con vida ya de Tehuel, la implementación real y sin trabas de la Ley ILE y la ESI, la aplicación del cupo laboral tranvestitrans en el Estado y las empresas privadas, por la vuelta a una presencialidad segura en las universidades y la triplicación del presupuesto educativo.
El Nuevo MAS realizó una campaña anticapitalista que se jugó a mostrar y dar voz a los de abajo y empezamos a tener una mayor implantación y reconocimiento en la provincia. Por eso, invitamos a todas las personas que se sumaron a la campaña con las actividades, la fiscalización y que nos votaron, a acercarse y formar parte del Nuevo MAS, con la perspectiva de empezar a pelear desde hoy mismo junto a los trabajadores, las mujeres y LGBTTI y la juventud contra el ajuste planteado por el gobierno a nivel nacional y provincial.